Para poder comprender la magnitud de la obra de Carmen en la dirección de la Oficina de la Mujer, debe tenerse en cuenta que desde su creación hasta el fallecimiento de la ministra pasaron solo cinco años. En este tiempo, además del increíble despliegue de propuestas y proyectos ejecutados,  logró consolidar una estructura estable para trabajar en un política de género tanto en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como en  todo el Poder Judicial. En este sentido, si bien la estructura federal de nuestro país podría haber sido considerada un obstáculo, el liderazgo de Argibay logró convocar y hacer partícipes de las políticas propuestas a toda la justicia nacional, provincial y federal.

Además, tuvo influencia en todo Latinoamérica, básicamente a través de las capacitaciones que fueron generosamente compartidas con siete países de la región, a quienes se facilitaron los materiales elaborados  e incluso se los personalizó con el logo de cada país y se colaboró para formar personas que replicaran los programas. También a través de la Cumbre Judicial Iberoamericana logró involucrar a varios países de la región en la elaboración del primer mapa de género regional, que mostró el problema vinculado al techo de cristal en toda la región.

Finalmente, no puede entenderse su obra aquí si no se comprenden las limitaciones que su posición restrictiva sobre la doctrina de la arbitrariedad de sentencias representó en el marco de su función como ministra del máximo tribunal de justicia. En efecto, el movimiento feminista esperaba que ella se explayara en cuestiones que, muchas veces, debido a las limitaciones de la vía recursiva -la cuestión no había sido introducida o planteada debidamente, o se trataban de cuestiones vinculadas a interpretación probatoria que escapan al remedio federal interpuesto, etc.- , sumado a su posición restrictiva de la doctrina de la arbitrariedad ya mencionada, encorsetaba su posibilidad para hacer su aporte a través de las sentencias que dictaba. La Oficina de la Mujer, también fue para Argibay un espacio de libertad desde donde poder seguir construyendo un Poder Judicial con perspectiva de género más allá de sus votos.

Por Acordada 13/2009 de la CSJN se creó el 23 de abril de 2009 la primera Oficina de la Mujer en la órbita del Poder Judicial del mundo. Cuando se cumplían 5 años de la partida de Carmen, Stella Maris Martínez recordó el trabajo de su colega y amiga: “Es revolucionario lo que ha hecho la Oficina de la Mujer, desde su creación, en concientizar, sensibilizar y capacitar a jueces, fiscales, defensores y empleados del Poder Judicial. Es algo que no se ha hecho en ningún otro país del mundo”.

El objetivo de la OM fue impulsar en la esfera del Poder Judicial un proceso de incorporación de la perspectiva de género en la planificación institucional y en los procesos internos, así como colaborar con los demás Poderes del Estado mediante la recopilación de datos estadísticos que faciliten la elaboración de las políticas públicas necesarias para erradicar la violencia contra la mujer en todos los ámbitos.

Bajo la órbita e impulso de Carmen Argibay, la OM realizó innumerables actividades que fueron posibles gracias a la “llave mágica” que significaba un pedido de colaboración de Carmen, a quien nadie le podía decir que no. Así, desde el 2009 a 2014 se llevaron a cabo actividades de: 

  • Capacitación: formó con los primeros materiales de capacitación a 120 replicadores en todo el país que hicieron 900 talleres, llegando a casi 30.000 personas; capacitaron en trata de personas, junto con el MPF, a 350 replicadores que capacitaron, a su vez, a 5000 personas; realizó capacitaciones por videoconferencias que llegaron a más de 750 personas; formó a 700 replicadores pertenecientes a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial provincial y nacional.
  • Investigación: llevaron a cabo 6 diagnósticos temáticos sobre Violencia laboral y  de las Cámaras Gesell, sobre el tratamiento de víctimas en el sistema de administración de justicia, sobre género y niñez en la Justicia argentina, sobre el acceso de las Mujeres a la Magistratura, y sobre el cuidado en la agenda judicial y se desarrollaron materiales didácticos sobre trata de personas, violencia doméstica, víctimas de crímenes de lesa humanidad.
  • Incidencia: organizaron 9 encuentros que convocaron a 450 altas autoridades en 6 provincias;  se firmaron, al menos 20 convenios de colaboración con instituciones estatales y organizaciones de la sociedad civil; junto con el Consejo Nacional de las Mujeres (hoy Ministerio) se generó un espacio de articulación de organismos del Estado Nacional, que incluía a los 3 poderes, que atienden problemática de género, participaron alrededor de 40 organismos, de 3 o 4 encuentros anuales en forma sostenida durante 3 años.
  • Registro y estadísticas: confeccionaron una  base de datos para búsqueda de jurisprudencia sobre género con 2000 decisiones disponibles y una guía interactiva de estándares internacionales de los derechos de las mujeres; y crearon el primer Mapa de Género de la Justicia Argentina y el primer Registro de Nacional de Femicidios de la Justicia argentina.

Detrás de la impresionante cantidad de actividades que realizó la OM durante la dirección de Carmen Argibay, se han alcanzado resultados que son importantes destacar.

En términos de capacitación, de acuerdo a la evaluación de impacto de los talleres de capacitación de perspectiva de género de la OM-CSJN dictados entre 2011 y 2017 se obtuvieron los siguientes resultados: i) un creciente interés general en temática de género en la población del Poder Judicial; ii) el impacto de los talleres varió según la vinculación del fuero con la temática de género; iii) el impacto es mayor cuanto más alta la jerarquía del cargo y antigüedad; iv) una demanda consistente de más capacitación en género.

La necesidad de generar políticas tendientes a una gestión más eficiente del cuidado y a una organización del trabajo remunerado que permitan su compatibilización con las responsabilidades de cuidado fue un tema crucial en la agenda de organismos de derechos humanos y de promoción del desarrollo. La Oficina de la Mujer llevó adelante un informe con el propósito de indagar acerca de las posibilidades concretas de compatibilización entre trabajo remunerado y responsabilidades familiares de quienes integran la Justicia, a fin de sentar las bases para la implementación de las políticas necesarias para lograr una forma de trabajo compatible con las obligaciones de cuidado. Tras la evaluación llevada a cabo en la investigación “El cuidado en la agenda judicial” y la recomendación de creación de espacios de lactancia, se crearon -hasta 2016- 16 espacios de lactancia en distintas jurisdicciones territoriales del Poder Judicial de  Argentina.

Carmen consideraba que “Si no tenemos estadísticas, no sabemos lo que pasa y no podemos trabajar”. Por eso, fue crucial uno de los primeros proyectos llevados a cabo por la OM cuando ésta estaba recientemente en funcionamiento. El Mapa de Género fue el primer instrumento que permitió visibilizar y cuantificar la disparidad en el acceso a los niveles de decisión en el Poder Judicial y analizar su evolución. Inicialmente fue concebido para definir el universo de trabajo de la OM y la planificación de actividades a desarrollar en todo el país. La investigación  permitió determinar que, si bien el 54% de los agentes judiciales son mujeres, “existe un techo de cristal” a modo de barrera invisible, que les impide acceder a los cargos de mayor decisión.

En el año 2014 se amplió la experiencia y se realizó un Mapa de la Región Latinoamericana con la participación de 10 países a los que en 2015 se sumaron otros tres (Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela; Ecuador, Costa Rica y Perú). Este tuvo amplia difusión en organismos internacionales y es tomado como fuente de datos para diversos proyectos e investigaciones, por ejemplo Flor de María Díaz Chalarca, Presidenta del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI), Comisión Interamericana de la Mujer (CIM) presentó un proyecto para lograr la paridad en los Poderes Judiciales de Iberoamérica ante la Cumbre Judicial Iberoamericana.

Otro de los proyectos de la OM, la Base de Jurisprudencia, tuvo utilizaciones prácticas. Por un lado, se utiliza como materia de estudio para incorporar la perspectiva de género en la administración de justicia en general, pues la base pública permite su constante consulta. Por otro lado, en el Centro de Perfeccionamiento Ricardo Núñez del Poder Judicial de la provincia de Córdoba y en la Biblioteca Virtual del Colegio de Abogados se cita la herramienta jurisprudencial para incorporar la perspectiva de género en el ámbito jurídico.

En 2013, la OM realizó un primer estudio sobre las decisiones que formaban parte de la base de jurisprudencia, advirtiendo que a partir del diseño de esta herramienta y la implementación de los talleres, muchas discusiones se habían enriquecido, mencionando la violencia de género y poniendo en tela de juicio institutos procesales o interpretaciones normativas que antes no habían sido cuestionadas, por lo menos bajo esta perspectiva, como por ejemplo la probation. Una vez más, a partir de este proyecto se derivan nuevas líneas de acción: encuentros de Altas autoridades y análisis de jurisprudencia, para ver las relaciones de género que reflejan las decisiones judiciales e identificar líneas jurisprudenciales.

Sobre el Registro de Femicidios cabe destacar que en noviembre de 2016, la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, visitó Argentina y resaltó la creación del primer Registro Nacional de Femicidios por parte de la OM de la CSJN, el cual recoge datos sobre el número de víctimas y acusados, su edad, la relación entre las víctimas y los acusados, el número de menores de edad a cargo de las víctimas y las eventuales denuncias de violencia previamente presentadas contra los acusados. De acuerdo con la Relatora, estos datos son decisivos para prevenir los femicidios cometidos por un familiar o la pareja de la víctima. Se trató del primer registro oficial sobre el tema en nuestro país. 

El trabajo de Carmen Argibay por la igualdad de género tuvo una impronta federal, tanto en AMJA como luego en la OM de la CSJN. En varias entrevistas han resaltado que eso permitió la inclusión y capacitación de mujeres de diversas jurisdicciones que al comenzar a participar como replicadores fueron avanzando también dentro de sus jurisdicciones, aportando además desde su experiencia e idiosincrasia

Tal fue la importancia que Carmen le otorgaba al trabajo en las provincias, que la OM influyó directamente y promovió la creación de OMs locales que si bien se guiaron por la OM de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, comenzaron a adaptar los proyectos a las necesidades y realidades provinciales. Desde la creación de la OM hasta el 2015 se formaron 16 OM locales. También se fortaleció el trabajo inter-OMs por medio de los encuentros nacionales de Oficinas de la Mujer de la Justicia Argentina.

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